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jueves, 4 de abril de 2013

El rey de la "emboquillada"



La emboquillada es una de las jugadas más poéticas del futbol, requiere de una gran pureza técnica, nervios de acero, un espíritu algo alocado y entre otras cosas, una gran confianza en sí mismo. Consiste en embocar la pelota en el arco y hacer el gol, por encima del arquero. A través de los años, los grandes cracks del futbol mundial han dado ejemplo de ello. Maradona, Messi, Pelé o Ronaldinho tienen en su haber muchas jugadas como ésta, ellos saben íntimamente lo que esto representa. Ya sea en una final o en un partido de amigos y más allá de si termina en gol o no, la emboquillada siempre se festeja y quien la efectúa logra en el campo de juego el status de ser “el diferente”. Es algo muy latinoamericano,  está en nosotros.
Una imagen vale mas que mil palabras, así que vean el video para los que todavía se preguntan de que estoy hablando.


Como argentino, el futbol y el vino, son cosas que se encuentran en nuestra vida cotidiana. Así como no puedo responder cuando fue la primera vez que probé una copa de vino, tampoco puedo responder cuando fue la primera vez que pateé una pelota. Es natural que se mezclen estas dos cosas, están muy arraigadas en la cultura popular argentina.
Esta reflexión nace del juego cotidiano con mi hijo de 8 años, cada día que podemos jugamos un arco a arco, el primero que marca 10 goles, gana la partida. Por supuesto que 9 de cada 10 las gana él. Los arcos los situamos a 8 metros de distancia uno del otro. Si bien mi hijo juega bien, yo tengo mucho mas futbol que él, se que puedo ganarle fácilmente pegándole fuerte y colocado. Por el contrario elijo hacer mis goles con pegadas de lujo y la emboquillada es mi preferida. Mi hijo es diestro y casi siempre tira cruzado, cuando patea de los 8 metros es fácil atajar, pero cuando se acerca a 2 o 3 metros, casi siempre anota. Yo me contento con hacer los goles por arriba, mientras el trata de volver a defender su arco.
En estas últimas semanas, he podido probar vinos que parecen una emboquillada. Etiquetas que se despojan de su efectividad y apuestan al riesgo. Solo por placer, no siempre terminan en gol, pero como dije antes, el intento mismo, se festeja.

ROSA DE MAIMARÁ 2012, de bodega Dupont  es uno de ellos, un rosado que explota en aromas de espárragos y mermelada de remolachas, con una boca bien equilibrada y una acidez punzante.
WILLIAM FEVRE LITTLE QUINO PINOT NOIR 2012, es otro de los que me sorprendió por su austeridad y carácter, un pinot que sabe a fruta acida y a tierra.
Romper esquemas y sorprender, es una cuestión que a mí me sigue pareciendo fascinante. El mundo del futbol y el vino, tienen en común ese factor sorpresa que hace que siempre este atento a lo que sucede en torno a ellos.
Mas rabonas, tacos, chilenas, gambetas y por supuesto mas emboquilladas.
Así como Messi se pone la corona de mejor jugador de futbol del mundo, espero que pronto aparezca entre los enólogos o bodegueros, EL REY DE LA EMBOQUILLADA.
Quien se anota?

martes, 12 de marzo de 2013

Mas y mejores vinos (Mo’ better blues)



Mo’ better blues es una película del año 1990, protagonizada por un joven Denzel Washington, un desconocido Wesley Snipes y un ascendente Spike Lee, quien también es el director del film. La trama hace foco en valores como la amistad, la lealtad, la honestidad y como malas decisiones, pueden destruir la vida sentimental y profesional de una persona. Si bien no fue un éxito comercial, considero que es de lo mejor que pude ver de éste director. La banda sonora está a cargo del cuarteto de Branford Marsalis y Terence Blanchard en trompeta, la música que suena, es acaso, lo mejor de los 129 minutos que dura la película. Al menos para mí, hay un momento muy significativo en la trama, en el cual el trompetista se replantea como expresa su arte, es consciente del  gran virtuosismo que se desplega en cada show, pero de alguna manera siente que el público no logra disfrutar de lo que allí sucede. Tras discutir con el saxofonista por egos artísticos, llega un buen día con música nueva, y reparte las partituras, todos miran azorados y uno pregunta, "¿un blues vamos a tocar?", y el líder responde "Si, necesitamos más y mejores blues, para que nuestra gente venga a vernos, estoy cansado de tocar para 5 suizos que no entienden la esencia de nuestra música". La discusión siguió, pero aceptaron la nueva propuesta y felizmente fue un éxito.

Esta película vino a mi mente en los últimos meses. He estado probando muchos vinos de los denominados "de autor", los cuales están elaborados  en muchos casos, por enólogos que trabajan para las grandes bodegas, de manera independiente y en otro espacio físico. Por lo general en algún rincón de una bodega "amiga" o mismo en el garaje de su casa. La verdad que poco importa donde, sino como. En la mayoría de los casos se trata de procesos artesanales, con poca tecnología, buscando una expresión casi artística. El resultado suelen ser vinos de gran calidad, con la marca de identidad de cada hacedor, mostrándonos como interpretan el terruño para cada varietal o blend. Es una visión, una manera de expresarse. Ni más, ni menos.

Soy optimista por naturaleza y quiero pensar y creer, que éstos hombres hacen ésto porque les gusta, porque disfrutan haciéndolo. Me vienen a la mente Charlie Parker y Dizzy Gillespie cuando trabajaban en la banda de Earl Hines y luego de terminar sus actuaciones, iban a las jam sessions a desplegar su arte y a tocar como querían hacerlo. No iban a entretener a nadie ni a cumplir un contrato. El plato de comida ya estaba pago, ahora era por amor al arte, para crear nuevos sonidos, para alimentar el ego. Si eso gustaba y podían vivir de ello, mejor. Pero en aquel momento no estoy seguro si lo hacían por esta razón, yo quiero creer que algo más poderoso que su voluntad los llevaba arriba del escenario. Así nació el bebop.
También quiero creer que a estos hacedores de vino, los impulsa su orgullo y su necesidad de expresarse. Decido creer que estos pequeños proyectos son su sumisa rebelión. La manera que tienen de mirar hacia adentro y cumplir con lo que sus creencias mandan.
Soy un creyente con grandes dosis de escepticismo. Solo el tiempo nos dirá hacia donde nos llevan estos nuevos vientos. Mientras tanto, disfruto el momento. Quiero seguir escuchando mas y mejores blues.
Los dejo con el tema principal de la película de la que les hablaba, una exquisita composición de Brandford Marsalis.








miércoles, 6 de marzo de 2013

Vertical de Colonia Las Liebres Bonarda 2006-2012


Debido a la vertical de las que les voy a hablar en esta ocasión, en estos últimos días estuve con cierto espíritu revisionista. Comencé a buscar en mis viejos cuadernos de cata, cual fue la primera vez que probé el Colonia Las Liebres bonarda. Fue una sorpresa para mí, corroborar que mi primer acercamiento a esta etiqueta, data del año 2005. Por aquellos años no era común ver en los anaqueles de las vinotecas demasiados ejemplares de bonarda. Recuerdo que lo compré por la etiqueta, no tenia referencias, pero el efecto visual que me causó, fue lo bastante poderoso como para desembolsar los 8 dólares que costaba en aquellos años. La etiqueta no es un hecho menor, tiene mucho que ver con lo que el producto final pretende ser. En este caso la imagen de una liebre en el campo y la tipografía, nos invitan a pensar que este vino es algo diferente al resto, es algo nuevo, moderno pero con ciertos aires tradicionalistas, también transmite sencillez y alegría, sin caer en la falsa solemnidad de los que aspiran a ser lo que no pueden. Revisando mis notas, pude ver que el vino me impactó en aquel momento, lo describo como: “concentrado y maduro, una bomba de fruta donde la frambuesa se mezcla con las frutas negras y ciertos aspectos vegetales de manera armónica, buena acidez y equilibrio general, sencillo y directo. Un vino para beber de a litros.”
Hace 20 días pude asistir a una vertical de Colonia Las Liebres bonarda, que comprendía desde la cosecha 2006 al 2012. La invitación me llego por medio de Leonardo Guevara (gerente de Altos Las Hormigas) y de un grupo de enófilos mendocinos, que conjugan en una misma reunión 3 pasiones que los hermanan, el vino, el asado y la amistad, ellos se hacen llamar #HaceteOtro y puedo decir que me siento muy afortunado de haber podido compartir una de sus reuniones.
Primera cosecha de CLL
El punto de la reunión era para ver si entre éstos 7 ejemplares, existía un hilo conductor, para centrar similitudes y diferencias a través de las diferentes añadas. Comenzamos con el 2006, subiendo cronológicamente hasta 2012. Cabe destacar que este vino no esta pensado ni diseñado para la guarda, son tintos para beber dentro del año y hasta 3 como máximo. Grata fue la sorpresa para todos al constatar que el 2006 todavía estaba muy sano, con cierta evolución, pero con fruta y acidez bien presente. Así fue con 2007, 2008 y 2009, a medida que avanzábamos en las cosechas, la fruta era mas presente y dominante, parece que ese es el factor de evolución, cuanto más vieja la añada más aspectos vegetales y balsámicos. Cuando llegamos a la 2010 todos notamos un cambio, las notas de fruta roja y negra se sentían mas frescas, con menos carga tánica y un gran equilibrio en el conjunto general. Para las cosechas 2011 y 2012 sentí que siguen la línea de la 2010, tal vez con mas austeridad, pero siempre enfocados en un protagonismo de la fruta madura, las notas verdes y una correcta acidez.
Los CLL y los ALH
Si bien hay diferencias entre las 7 añadas que pudimos probar, en mi opinión la línea sigue con los pilares básicos que lo hicieron exitoso en ésta última década. Colonia Las Liebres bonarda, es un vino que siempre definí como de gran pureza frutal, con buen nervio y de gran equilibrio.
Hay datos muy interesantes que rodean toda la historia de este tinto, Alberto Antonini y Attilio Pagli decidieron que no tuviera contacto con madera, hacer una concentración en la viña y asi, dejar protagonismo a la jugosidad natural de la cepa. Han sido pioneros en categorizar al bonarda internacionalmente como un vino de calidad, que no tiene nada que ver con el malbec. Hay un mensaje claro que baja desde la cúpula de Altos las Hormigas, Malbec es Malbec y Bonarda es Bonarda. Y así es como ellos lo interpretan. Creo que todo el equipo de trabajo entiende de lo que se trata el proyecto y sabe diferenciar lo que es ALH y CLL.
Este bonarda es auténtico, es lo que es y no pretende ser otra cosa. Puede gustarte o no, pero así lo expresa este grupo de hombres. Personalmente a mi, me gusta que así sea.

La noche transcurría, el asado se comía con la mano, una a una iban saliendo todas las etiquetas de ALH, la charla, las historias. los pies descalzos, mi hijo durmiendo, la noche calma, Mendoza, amigos...un momento de felicidad que nunca olvidaré.

Mi agradecimiento a Leonardo y a todo el equipo de #HaceteOtro por una gran noche.
Mendoza es vino, y donde mas se siente es en su gente.

La historia y los detalles del proyecto pueden encontrarlos en http://www.colonialasliebres.com/ , aquí encontraran mucha información actualizada.

jueves, 14 de febrero de 2013

Zorzal Wines, Gualtallary interpretado por los hermanos Michelini


En octubre de 2011 visité por primera vez Zorzal Wines. Ubicada en Tupungato, a unos 90 Km. de la ciudad capital de Mendoza, mas precisamente en Gualtallary, un distrito muy nuevo en la vitivinicultura mendocina, que recientemente sorprendió por la gran calidad de los vinos que de allí salen. En mi caso fue amor a primera vista, todo el paisaje circundante es de una austeridad y belleza única. Es un sitio duro, silencioso, limpio, donde la contaminación visual y humana, todavía no han llegado. Cuando uno se interna en el corazón de éste terruño, se da cuenta que la irrupción del humano es mínima. Tan solo unas cuantas edificaciones y viñedos nos indican que hay humanos cerca.
Gualtallary en su esplendor
Este año decidí nuevamente vacacionar en Mendoza, y tras comunicarme con Juan Pablo Michelini, concretamos una visita a la bodega, que incluyó asado y música en vivo, rememorando la vez que nos juntamos a tocar, el día que festejamos el Malbec World Day. A Juan Pablo lo vi solo 2 veces en mi vida, pero nos une una amistad forjada en los valores de vida, sentimos y disfrutamos las sencillas cosas de la vida de la misma manera. Y como decía el flaco Menotti, "se juega como se vive" o en este caso "se hace vino como se vive".
De mi visita en 2011 algunas cosas han cambiado. La línea de varietales, paso a llamarse terroir único. La línea reserva, gran terroir. Pero las líneas field blend y Climax, siguen con el mismo nombre. La bodega está casi igual, se han agregado los huevos de cemento, una pequeña sala de barricas para ensayos y como dato importante se han incorporado una variedad de barricas de roble menos invasivas con el producto final.
Las piletas de fermantacion
Lo que no ha cambiado, es la pasión que tienen los hermanos Michelini por lo que hacen. He probado vinos increíbles que tal vez nunca vean la luz, también vinos que van para corte de la gama mas alta, incluso jugos de sauvignon blanc recién cosechados, y todos tienen un hilo conductor que los diferencia. Mineralidad, fruta fresca y acidez. Tres pilares sencillos y básicos, pero que muestran de manera honesta la visión que éstos hombres tienen de su terruño. La línea terroir único, es de una relación precio-calidad excelente, tenés pinot, malbec y sauvignon blanc por 10 dólares, difíciles de igualar, son mis vinos preferidos en esa gama de precio. A medida que el precio sube, los vinos se vuelven mas mainstream, pero  siempre mantienen ese sello de origen inconfundible.
Huevos made in Argentina
La bodega tiene una capacidad aproximada de 300.000 litros, divididos en tanques de acero inoxidable, piletas de cemento, huevos de hormigón y vinificaciones en barricas. Posee un diseño y maquinaria funcional, para que la uva llegue sana y sin bombeo a cada recipiente de fermentación. Se hace mucho hincapié en la sanidad del entorno y de los viñedos. En la sala de barricas, poseen mas de 7 marcas diferentes, algunas de mayor capacidad, muchas con diferente tipo de tostado.Todo ésto habla de una búsqueda constante por lograr los resultados que mas satisfagan al enólogo. Luego de una corta recorrida, uno puede darse cuenta, que lo que domina a éstos hombres, es su espíritu inquieto. El resultado de todo éste trabajo, parece estar dando sus frutos. Día a día, los vinos de la bodega, cosechan nuevos adeptos y nuevos premios de la crítica.
Estos son mis highlights para quien quiera conocer estos vinos:
Zorzal terroir único Pinot noir 2012 - $60/us$11
Zorzal terroir único Malbec 2012 - $60/us$11
Las acequias estaban torrentosas
Zorzal terroir único Sauvignon blanc 2012 - $60/us$11
Zorzal gran terroir Malbec 2010 - $105/us$20
Zorzal gran terroir Pinot noir 2010 - $105/us$20
Zorzal field blend, 2009 y 2010 - $205/us$40
Climax Malbec, 2008 y 2009 - $290/us$55
Climax Owner, 2008 y 2009 - $290/us$55
También tienen muy buena performance, los cabernet, merlot y chardonnay.
Hace poco tiempo sacaron al mercado una línea de espumantes, solo pude probar el extra brut, y lo que puedo decirles es que está muy bien para su rango de precio.
Malbec para terroir único
Cerramos la tarde, paseando con mi hijo por los viñedos de Malbec. No pudimos resistir la tentación de probar algunas bayas. Mi hijo y yo arrodillados probando esa fruta deliciosa, un sabor que seguramente quedará en la memoria de los dos por siempre.
En resumen, Zorzal Wines, es una bodega que expresa Gualtallary tal como lo siente, sin demasiados artilugios, apoyándose en los pilares que antes mencioné. Es una manera en la cual me identifico, pero seguramente hay otras y también son válidas.
Tupungato es un lugar que encanta por su belleza, por su gente, por sus vinos. Espero volver pronto.

Quiero agradecer a los hermanos Michelini por la invitación y por su generosidad. Les deseo el mayor de los éxitos.






domingo, 3 de febrero de 2013

Primer año del blog...

Ha pasado un año desde que abrí este blog, sinceramente sin muchas expectativas, en principio quería escribir mas acerca de la música que me gusta, que de vinos, pero terminó siendo todo lo contrario.
He disfrutado escribiendo para cada entrada, y contestando cada comentario, eso se los aseguro. Y gracias al blog, han pasado cosas extraordinarias. He conocido gente que vale la pena conocer y también interactuar con otros bloggers que respeto mucho.
Kuari pretende ser un sitio de libre pensamiento, un espacio donde volcar de manera independiente, un manera de sentir y de vivir. Sin eufemismos, ni poses, no pretendo ser simpático, ni agradable, no posteo solo vinos que me agradan, digo lo que pienso de manera honesta, sin perseguir intereses secundarios. Puedo estar equivocado o no, ser justo o no, pero quédense tranquilos, que jamas voy a venderles pescado podrido.
Gracias a todos!!!!

lunes, 21 de enero de 2013

Esas bellas amantes permitidas del verano



Cuando llega el tiempo de las vacaciones, la mayoría de los bichos de ciudad, buscamos refugio en parajes que destruyan la rutina diaria, a la que por distintas razones nos sometemos a ella durante muchos meses. 
El bosque y el mar
En mi caso, y desde hace años, busco lugares que rompan mi día a día, no quiero ver cemento, ni semáforos, tampoco quiero ver mucha gente, y prefiero la dosis más cruda posible que un citadino pueda soportar de naturaleza. El destino elegido fue Mar Azul, el último balneario del partido de Villa Gesell, que si bien ha cambiado bastante desde la primera vez que lo visite en el año 1996, aun conserva sus frondosos bosques, sus calles de arena y ese aire de pueblo difícil de encontrar en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires. Un lugar que todavía resiste, en estas últimas 2 décadas he visto como se cagaron, Pinamar, Cariló, Villa Gesell, Mar de Las Pampas y demás. En tren de romper la rutina, mis hábitos se modifican, uno se levanta más tarde, camina mas, lee mas, el cuerpo día a día se lentifica, y hasta el tono de la voz se transforma, por supuesto la manera de alimentarse, la parrilla se prende mediodía y noche en caso que el clima lo permita, y también suelo consumir cepas que durante el año no consumo demasiado. Mi caja se compuso de 1 torrontés, 1 sauvignon blanc, 1 saint jeanett, 1 pinot noir, 1 bonarda y 1 riesling, no importa demasiado las etiquetas que seleccioné, lo importante es como ésta elección fue otra manera de escapar de la rutina. Durante los meses laborables, me concentro mucho en   el consumo de malbec, cortes de malbec, sirah y tintos de todo tipo, que por lo general andan por los mismos caminos. Parece una locura, pero la rutina nos empuja hacia esos lados, vamos a una degustación, una cena, una presentación, y ahí están, los vinos de siempre, seductores, cuasi pornográficos, y uno no es de piedra, el malbec es una puta que todos desean, tiene sus artificios y sus virtudes, pero sobre todo se viste de mil maneras y parece que casi todas le quedan, y por supuesto, uno se deja llevar. 
Por eso este año, como casi todos,  me llevé a la amantes, y me deje seducir por ellas una vez mas. Y repetí experiencias como beber un torrontés y que en sus aromas que se desprenden de la copa sentir como se mezcla con los aromas salinos del mar cercano, o el riesling con los aromas de sotobosque a las 7 de la tarde cuando el sol se oculta, también la bonarda con el fuego crepitando y los pinos metiéndose en la escena, y así cada botella fue una experiencia y un momento aparte. Cada día pensaba todo lo que nos perdemos, como cada detalle del entorno que nos rodea puede influir en lo que comemos o bebemos. La carne a la parrilla tiene otro sabor, las verduras crudas parecen de otra especie, y por supuesto el vino que bebemos sabe diferente. Estas fueron mis amantes permitidas del verano, cada experiencia fue especial y única. La experiencia la vengo repitiendo hace casi una década y les aseguro que vale la pena probar cosas diferentes en ámbitos no habituales. Como decíamos cuando éramos adolescentes y nos hacíamos de nuestro grupo playero, QUE NO SE CORTE EN BUENOS AIRES.